Relación entre el Eneagrama Tipo 7 con el Tipo 9
¿Qué aporta cada tipo a la relación?
Esta combinación del Eneagrama es una de las más vistas, ya que cada tipo puede aportar una interesante mezcla de cualidades a la relación. En primer lugar, los Siete y los Nueve son personas positivas y de gran espíritu que intentan mantener los conflictos y la negatividad lejos de sus vidas y sus relaciones. Estos tipos suelen ser sociables, amables y están contentos consigo mismos y con su existencia. Ninguno de ellos es introspectivo ni pensativo en verdad, prefieren seguir adelante antes que mirar hacia atrás u obsesionarse con los fracasos y las decepciones del pasado.
Además, su actitud positiva les permite perdonar a otras personas y a sí mismos, olvidar los errores cometidos y también sacar lo mejor de sus limitaciones, sean cuales sean. No importa si estos tipos de Eneagrama están separados físicamente o si tienen pocos medios económicos, los Siete y los Nueve sacan lo mejor de estas circunstancias y se centran en su futuro común. Ambos tienden a ser prácticos y divertidos, dispuestos a convertir incluso los acontecimientos más mundanos en un momento agradable. Por un lado, los 7 son más activos y decididos que los 9. Suelen ser los que toman las iniciativas, hacen planes y aportan la energía necesaria a la pareja. Además, son curiosos, confiados, divertidos y abiertos a nuevas experiencias.
Por otro lado, los 9 aportan una sensación de estabilidad, calma y apoyo a la relación. Suelen ser más comprensivos, de corazón blando y más relajados que los 7.
En consecuencia, la sencillez y la franqueza de los Nueve pueden combinarse bien con los Siete más asertivos. Mientras no se aprovechen el uno del otro, hay un buen equilibrio entre energía y relajación en esta pareja.
Conflictos y desacuerdos potenciales
Uno de los principales problemas potenciales de esta pareja es su incapacidad para trabajar los aspectos negativos o dolorosos de sus vidas o de la propia relación. Como ambos se caracterizan por ser optimistas, desearían que todo se mantuviera en el lado positivo, ya que a ninguno le gusta la posibilidad de una futura depresión o un mal momento. Como no saben lidiar con los conflictos y desacuerdos, terminan echándole la culpa al otro y ambos tienden a volverse ansiosos, críticos y nerviosos cuando lidian con el estrés. Además, acostumbran a negar su parte de responsabilidad en el deterioro de la relación o su falta de comunicación cuando aparecen los problemas.
Por un lado, los Siete tienen la capacidad de hablar con facilidad de lo que les molesta, ya que tienden a actuar de forma impulsiva y a decir lo que se les ocurre. Pero por otro, también pueden sentirse frustrados por la actitud de los Nueve, que son bastante irresolutos, lentos e ineficaces. Como resultado, las críticas de los 7 por la falta de respuesta de los 9, solo les hace retirarse más de ellos y desconectarse de la situación. Los Nueve pueden derrumbarse ante las exigencias de los Siete y replegarse en el silencio y la inacción.
Si la presión y las expectativas se prolongan en el tiempo, los 9 pueden cerrarse más y más, con ocasionales estallidos de ira y ansiedad.
En resumen, una de las duplas más soleadas del Eneagrama podría convertirse en una combinación tormentosa si no quieren o no pueden hablar de verdad entre ellos.