Relación entre el Eneagrama Tipo 9 con el Tipo 9
¿Qué aporta cada tipo a la relación?
Esta combinación del Eneagrama es una en la que el nivel de salud de cada persona involucrada es importante para una relación nutritiva. Esta mezcla es un dúo del mismo tipo en el que los miembros suelen aportar iguales cualidades el uno al otro. Entre sus características habituales, las parejas de Doble Nueve son tranquilas, hospitalarias, amables, serviciales y fáciles de tratar. Ambos son personas desenfadadas: no dejan que las malas circunstancias se lleven su energía positiva.
Suelen tener una visión optimista de la vida por muy difícil que esta se ponga, siempre intentan sacar el máximo partido a lo que tienen. Además, los Nueve son pacientes con la gente que les rodea y les resulta fácil comprender a sus compañeros y perdonarlos si ha habido alguna dificultad o conflicto. Respetan el territorio personal del otro y se dan mucho espacio y privacidad. Además, no suelen ser exigentes, no juzgan y son una buena fuente de afecto. En términos generales, hay pocas cosas que puedan amenazar el mundo de una pareja de Doble Nueve, ya que son personas que disfrutan de la regularidad y la previsibilidad, del placer de lo familiar y de la verdad.
Esta dupla busca la estabilidad y se encuentra dispuesta a proteger a sus seres queridos de los altibajos de la vida. En esta combinación del Eneagrama, ambos Nueve se sienten relajados y tranquilos en su unión. La falta de presión y estrés en su conexión es una de las principales cualidades de su relación: A ninguno de ellos le gusta la tensión ni las indicaciones y ambos quieren llevar la vida a su propio ritmo.
Conflictos y desacuerdos potenciales
Uno de los posibles problemas puede ser su miedo paralizante a cualquier intrusión en la paz y la armonía de su relación. La estabilidad y la regularidad de su mundo es algo que los Nueve protegen sin importar lo que suceda.
Aunque tienden a ser amistosos, pueden abandonar de forma gradual las conexiones sociales y retirarse de otros tipos de vínculos (incluso de los miembros de la familia) si se sienten amenazados de alguna manera.
El afán de armonía de los Nueve es tan fuerte que también puede resultarles difícil hablar de temas importantes con su pareja. Si no se comunican con precisión o no lo hacen de un modo adecuado (la mayor parte es no verbal o, lo que es peor, solo existe en su imaginación) pueden empezar los problemas, por mucho que se quieran. De hecho, a medida que los Nueve se deterioran, idealizan al otro, pero gran parte de lo que piensan no se expresa De este modo, no se relacionan en verdad, sino que la mayoría de la interacción ocurre en su imaginación. Suelen intentar evitar los conflictos a toda costa, lo que lleva a una suma de viejas tensiones y resentimientos. El comportamiento pasivo-agresivo y la culpabilización pueden minar la relación si siguen evitando lo que sienten.
En apariencia, parecen una pareja fascinante e intrínseca en la que las personas implicadas tienen una capacidad inusual para llevarse bien. Sin embargo, tienden a oprimirse mutuamente de forma sutil, lo que conduce a una reducción gradual de la vitalidad y la ambición. Si esta situación perdura, pueden encontrar una manera de coexistir en un pacto de no agresión mutua que les permita dejarse en paz. De todas formas, la alegría y el entusiasmo que antes compartían se irá evaporando a medida que la pareja se instale en una rutina muy arraigada.