Relación entre el Eneagrama Tipo 6 con el Tipo 9
¿Qué aporta cada tipo a la relación?
Esta es una combinación del Eneagrama muy vista y también una de las más estables. Aunque los Seis y los Nueve pueden ser bastante diferentes, la mayoría de las veces esperan cosas similares. Los 6 suelen buscar seguridad y estabilidad, mientras que los 9 requieren independencia y solidez. Para los Seis y los Nueve, mucho depende de sus sistemas de creencias y de la calidad de sus experiencias infantiles. Ambos quieren una pareja que busque lo mismo que ellos: alguien con quien compartir una vida construida sobre valores sólidos y honestos, que acate las normas y sea cumplidor y respetuoso con la autoridad.
A esta mezcla, sus miembros también aportan diferencias complementarias: Por un lado, los Seis tienen una mente activa. Están acostumbrados a cuestionar todo lo que ven y a estar atentos a los problemas, las excepciones y lo relacionado con la seguridad. Los Seis pueden ser más escépticos que sus compañeros y les resulta más difícil fiarse de los demás. En cambio, los Nueve son confiados y fáciles de tratar. Suelen ser optimistas, constantes y tienden a ver lo general y a centrarse en lo que va a funcionar sin problemas.
Son una buena mezcla, ya que se llevan bien y están decididos a avanzar juntos, pase lo que pase: se consideran personas sencillas y regulares y si el cambio llega, será lento, constante y metódico. Además, son generosos con el otro y no meten las narices en los asuntos de su pareja ni le exigen nada especial. Cuando encuentran una relación así, suelen sentir que han encontrado lo que su corazón buscaba desde hace tiempo y que su sueño se ha hecho realidad.
Conflictos y desacuerdos potenciales
El principal conflicto entre los Seis y los Nueve es que nunca dicen lo que en verdad tienen en mente o lo que quieren para ellos. En consecuencia, tienden a ser testarudos, a guardar silencio y a hacer que la otra persona adivine lo que está pasando. Los 6 y los 9 del Eneagrama tratarán de contener los conflictos y los enfrentamientos hasta que los lleven al límite, aunque los Seis tienen una mecha más corta cuando se trata de sus emociones. Si esto ocurre, su relación puede acabar en un punto muerto: tomarán cierta distancia entre ellos, pero no la suficiente como para que el otro se aleje.
Además, a ambos les gusta lo que les resulta familiar y les cuesta enfrentarse a los cambios constantes (les disgusta de verdad). Tienden a sentir que la familiaridad les ofrece estabilidad y seguridad, lo que se ve reforzado por la convicción de que deben permanecer en silencio y no hacer bulla. Otro problema potencial para ellos tiene que ver con sus prioridades. A ambos tipos de Eneagrama les gusta cumplir con sus roles sociales, pero tienden a retirarse por completo cuando lo necesitan. Por un lado, los Seis priorizan hacer lo que deben para mantener su vida en su sitio. Si esto no sucede, pueden sentirse agobiados por la culpa y los remordimientos. Por otro lado, los Nueve también cumplen con sus roles sociales, pero suelen ajustarse a lo que quieren los demás, aunque su propio estrés e inestabilidad aumenten.
Como resultado, sus diferentes prioridades pueden acabar provocando enfrentamientos y una inevitable ruptura.