Relación entre el Eneagrama Tipo 6 con el Tipo 6
¿Qué aporta cada tipo a la relación?
Como ya sabrás, en todas las relaciones de doble tipo las cualidades que aportan sus participantes son casi las mismas. Las similitudes y el parecido entre ambos pueden ser una fuente de atracción, así como uno de sus principales obstáculos. Por lo tanto, el nivel de salud de cada persona en particular es de gran importancia para la relación. Una pareja formada por 6 suele ser fuerte, sus miembros se entienden en profundidad y si esto no ocurre, se esfuerzan por lograrlo. Cuando dos Seis se conocen, por lo general es amor a primera vista. No solo conectan a fondo, sino que además lo hacen muy rápido, ya que les resulta fácil percibir el espíritu afín del otro y la comprensión mutua.
Una pareja doble de Seis compartirá sus secretos y valores, se cuestionará y estimulará desde lo intelectual, como dos niños que se han encontrado en una tarde de pleno verano. La confianza es muy valorada por los Seis, puesto que les permite ser ellos mismos y descubrir lo que sienten sobre diferentes asuntos. Una vez establecida, se relajan y disfrutan en la pareja como lo hacen con otras personas. La lealtad y el compromiso son algunas de las características que ofrecen de forma natural, junto con el apoyo y la protección mutua. Además, están dispuestos a ayudar a sus parejas sin pensárselo dos veces.
Otra característica común de estas combinaciones, es la gran sensibilidad tácita que existe entre ellos, ya que los Seis no están acostumbrados a hablar de sus sentimientos de modo directo. En consecuencia, sus emociones se expresan sobre todo en sus acciones, su dedicación y su inspiración, puesto que cada uno trabaja por el bienestar y la felicidad del otro.
Conflictos y desacuerdos potenciales
El principal problema de las parejas de Doble Seis tiene que ver con su intensidad a la hora de afrontar los conflictos. Los 6 tienden a ser emocionalmente reactivos y en cuanto aparece un espíritu de negatividad o ironía, sus miedos pueden arruinarlos de forma definitiva. Al ser así de intensos, actúan de manera impulsiva y tienen reacciones extremas, sin pensar con claridad ni analizar las posibles consecuencias de sus actos. Pueden tomar cualquier curso de acción que prometa aliviar su ansiedad y les resulta difícil buscar una solución adecuada a su problema.
Así es como las parejas de doble Seis pueden acabar envueltas en los peores escenarios, hasta el punto de sentir que el desastre está en todos lados y que están condenados. Por otra parte, estas parejas pueden volverse indecisas y confusas durante los conflictos, incapaces de actuar y de obtener alguna perspectiva sobre sus problemas. Como los Seis son personas reactivas, tienden a discutir y a culpar al otro por la situación y por no aportar la solución. El intercambio de recriminaciones puede ser como una partida de ping-pong, cuyos objetivos principales son herir al otro y encontrar una salida a todas sus angustias hasta que aparezca una solución.
Así, este emparejamiento puede ser uno de los más críticos: muchos gritos, arrebatos, discusiones y culpas en la mezcla. Una vez que se establece esta dinámica, resulta muy difícil romper el patrón porque muchos de los miedos de estas parejas son irracionales y se basan en especulaciones sobre el futuro. La mayoría de las veces es inútil resolverlos de forma lógica y, al final, ocurren. Las acusaciones de traición o falta de apoyo pueden ser habituales, ya que les resulta casi imposible restablecer la confianza y el espíritu lúdico que solían tener.