Relación entre el Eneagrama Tipo 4 con el Tipo 7
¿Qué aporta cada tipo a la relación?
Los Cuatro y los Siete del Eneagrama tienden a sentirse intrigados el uno por el otro, ya que en general se trata de un caso en el que los opuestos se atraen. Los 4 son tranquilos, introvertidos, inseguros, emocionales y pesimistas, mientras que los 7 suelen ser extrovertidos, seguros de sí mismos, mentales y optimistas. Los Siete ayudan a los Cuatro a superar la timidez y una posible reticencia a probar nuevas experiencias, y ellos enseñan a los 7 a centrarse en lo que quieren y a respetar y permitir sus sentimientos.
Aportan a su relación la carga y el misterio de sus diferencias: el hecho de que piensen, reaccionen y encuentren el placer de forma tan distinta hace que se sientan intrigados por el otro, encontrándolo fascinante, siempre listo con algo nuevo e inesperado.
Tanto los Cuatro como los Siete tienen capacidad para la alegría y el éxtasis, la espontaneidad, la emoción y la pasión. A ambos les gusta la conversación animada y pueden pasar horas compartiendo con el otro relatos detallados de los acontecimientos del día, sus pensamientos y reacciones. Disfrutan de las cosas buenas de la vida, los viajes, la comida, el vino, la ropa y el mobiliario y, para bien o mal, ambos pueden tender a gastar más de la cuenta en lo que consideran necesidades de la vida: caviar, champán y otro viaje a Europa.
Ambos tienen un amor por lo nuevo y un sentido de la aventura y el romance que puede mantener su relación fresca y animada y ser una fuente de alegría e inspiración para los demás. Ambos tipos pueden ser divertidos, irreverentes y entretenidos. También hay un carácter terrenal en ellos, así como, de modo paradójico, una sofisticación y un elitismo.
Al ser opuestos, los Cuatro y los Siete pueden equilibrarse de forma mutua: Los 4 aportan un sentido de profundidad e interioridad, mientras que los 7 entregan su diversión y resistencia emocional.
Conflictos y desacuerdos potenciales
Ambos tienen grandes expectativas en cuanto al tipo de atención y la calidad de las interacciones que desean de los demás, y si no se dan, tienden a no dar demasiadas segundas oportunidades con el objetivo de demostrar lo que valen. Aunque los 4 pueden admirar, e incluso envidiar en secreto, la resistencia y la gran energía de los 7, también se sienten agotados por la vida acelerada, los planes y actividades de los Siete, a los cuales consideran incesantes. Los 4 pueden ver a los 7 como demasiado ruidosos, superficiales e insensibles, y a veces groseros e insultantes sin darse cuenta.
Por otro lado, los Siete pueden admirar y tratar de imitar el talento artístico, la creatividad y la apreciación de la sutileza y belleza de los Cuatro. Pero también pueden verlos como hipersensibles, ineficaces, poco prácticos, malhumorados y ensimismados. Si la relación empeora, los Cuatro suelen volverse más retentivos y hostiles, atacando al otro desde una distancia segura. Los Siete se vuelven más impacientes, abrasivos y llegan a ser verbalmente abusivos.
Los Cuatro pueden querer hablar de todo lo que ha ido mal en la relación con lujo de detalles. Por el contrario, los Siete desean pasar a algo más prometedor y optimista. El resultado es que los problemas subyacentes no se resuelven de manera adecuada. Una vez que esta relación se cuaja, prácticamente todo lo que cada uno admiraba y se sentía atraído por el otro, se vuelve irritante e insufrible.