Relación entre el Eneagrama Tipo 4 con el Tipo 6
¿Qué aporta cada tipo a la relación?
Estos tipos de Eneagrama tienen sentimientos profundos y sinceros entre sí, ya que ambos son muy emocionales y a menudo se sienten inseguros con la gente. Tienden a tener sentimientos fuertes y el comportamiento impulsivo es común en estos tipos, puesto que suelen actuar con inmediatez, sobre todo basándose en su intuición. Cuando están en una relación romántica, tanto los Cuatro como los Seis pueden tener la sensación de que son almas gemelas, conectadas por sus profundos sentimientos y una cuota de sospecha. En su mundo de desconfianza, consideran a su pareja como un verdadero aliado, alguien que les aporta apoyo y seguridad.
Todos estos rasgos son los que les hacen tener un grado inusual de empatía y tolerancia hacia el otro. Si están sanos, tienden a estabilizarse y apoyarse de forma mutua, actuando como un lugar de confianza en el que se pueden ventilar con seguridad las preocupaciones y las quejas.
Por un lado, los Cuatro aportan emotividad, sensualidad y la capacidad de expresar sus sentimientos, que es algo que los Seis a menudo necesitan aprender (cómo abrirse y compartir sus vidas). Además, dan a los 6 la sensación de que son necesarios y los ayudan a ganar confianza para enfrentarse a una amplia gama de situaciones.
Por otro lado, los Seis aportan trabajo duro, perseverancia, resolución y lealtad. También son cálidos, imprevisibles y juguetones. Esto proporciona a los Cuatro una plataforma de desarrollo de su creatividad y el apoyo que necesitan para trabajar sus problemas emocionales.
En resumen, esta pareja puede ser estable, equilibrada y atrevida. También tienen la capacidad de suplir las carencias del otro tanto en su propio crecimiento como en los asuntos prácticos.
Conflictos y desacuerdos potenciales
Como ya se ha dicho, ambos tipos de Eneagrama tienen problemas con los sentimientos de desconfianza y abandono. En los niveles más bajos, pueden ser emocionalmente reactivos, pesimistas y agobiarse con facilidad. La falta de comunicación entre ellos también es una posible reacción y es probable que se pongan a prueba el uno al otro de diversas maneras, en un intento de descubrir la lealtad de su compañero. También pueden retirar su atención y afecto de su pareja con el fin de protegerse de un posible abandono, si este llegase a ocurrir. Al hacer esto, ambos tipos cumplen su propia profecía: una en la que sus miedos y reacciones provocan el resultado que conscientemente intentan evitar. Si ambos tipos se vuelven codependientes, su dependencia del otro puede detener su propio crecimiento. Los Cuatro dejan de ser personas prácticas, mientras que los Seis detienen la búsqueda de su desarrollo personal.
Otro posible problema entre ellos se encuentra en el ámbito del cambio y la tolerancia al mismo. Por un lado, los Cuatro suelen estar interesados en la autoexploración y el autodesarrollo, por eso tienden a ser aventureros en materia de experiencias y acontecimientos vitales. Por otro, los Seis son más conservadores y resistentes al cambio, evitando a veces la introspección personal. Esto suele suponer un conflicto potencial entre ellos, ya que los 6 sienten que los 4 les frenan y reprimen su creatividad y desarrollo.
La queja que los Cuatro suelen tener sobre los Seis es que no son compañeros románticos y de espíritu libre, mientras que los 6 pueden quejarse de que los 4 no son estables emocionalmente, lo que los convierte en personas poco fiables.
Como ambos tipos son reactivos durante los desacuerdos, los conflictos pueden intensificarse con rapidez, y los malentendidos podrían dar lugar a proyecciones y reacciones exageradas.