Pero, en verdad sé que eso es lo mejor para todos. ¿Por qué no debería decirle a la gente cómo hacer las cosas?

Lo sé. Tienes el don de ser estratégico y ambicioso y conoces la manera perfecta de hacer las cosas, ves el potencial en cualquier situación. Pero hay un problema. A veces te autoproclamas «jefe», cuando nadie te lo pide. Eso te trae conflictos y desata tus mecanismos de defensa. De repente, eres como un muñeco abandonado en el tejado, todo golpeado pero todavía sonriendo. Déjame decirte algo: encuentra tu camino hacia la legitimidad. 

Sabes que posees material de líder, no tienes reparo en mostrarlo, pero eso no significa nada para los demás, solo porque tú lo digas. Debes tomarte tu tiempo y crear vínculos de confianza, aprender a comunicarte con asertividad y positividad. La gente necesita saber que eres competente y coherente. Elige cuándo es importante liderar y en qué momento es conveniente soltar el control.

¿Por qué debo bajar la guardia?

Como eres autosuficiente no hay necesidad de estar en guardia todo el tiempo. Entiendes que, por lo general, la gente no ataca a los demás, solo refleja sus propias guerras internas. Tú eliges si es necesario responder. Es fácil confundir la reacción con el control para que los demás te respeten. Al contrario de lo que piensas, cuando reaccionas estás jugando el juego con las reglas de otros. En cuanto seas capaz de ver que cada uno es dueño de su actitud, verás cómo los demás luchan solos en el ring. Así de absurdo te ves tú también a veces. Para ser independiente hay que elegir tus batallas. 

Si el exterior no puede hacerte daño, no es necesario que te defiendas. Solo vemos amenazas, cuando nos sentimos desprovistos de recursos. 

No quiero que la gente me vea vulnerable. ¿Hay otra manera de hacer todo esto?

Escóndete. Vete a una isla o incluso vuélvete loco, de lo contrario es imposible. Has aprendido que tienes que autoprotegerte, ha sido un proceso doloroso, pero lo has hecho muy bien. Sabes salir a la calle con una mirada indestructible y nadie quiere meterse contigo. Por otro lado, a veces suplicas, en silencio, por supuesto, por relaciones más profundas. Entonces recuerdas que es mejor que te muevas solo a tu ritmo y se te pasa. Ser vulnerable no es ser débil.

Resulta paradójico, pero en las vulnerabilidades encontramos las herramientas para defendernos. Actualiza tu mentalidad con todas las cuestiones que evitas de ti mismo: tu pasado, el mundo, y acéptalas. Enfrentarte a estas cosas te ayudará a conquistar tu vida y a hacer florecer tu autoafirmación desde el fondo de tu poder inquebrantable. 

Voy a parafrasear a Tyrion de GOT: «Una vez que has aceptado tus defectos, nadie puede usarlos contra ti».

He nacido para ser alguien importante. ¿Debería ser ese mi objetivo?

Por supuesto, amigo mío. Lo tienes todo. Estoy seguro de que vas a conseguir lo que te propongas. Pero solo hay una cosa que se interpone en el camino: tú. Dobla la rodilla por ti. Deja de temer y confía en ti mismo. Estás a salvo, te encuentras bien. Ahora, sin tu propia guerra proyectándose por todas partes, eres capaz de actuar sobre el asunto que te convoca en el presente. Ah, casi lo olvido: has nacido importante. Recuérdalo siempre porque es la materia prima para tu próxima gran creación.